Carta a papa
Recuerda papá…
Que si no juegas ahora conmigo,
cuando tu quieras, ya habré crecido.
Que la armonía entre tú y mamá
me dará paz para toda la vida,
y harán de mi un triunfador.
Que del amor de ustedes:
Dependerás mi capacidad de amar,
cuando sea grande.
Que sería muy feliz,
si me llevará dormido a mi cama,
que lo que yo aprendo contigo,
lo recordaré toda la vida.
Que si oramos juntos:
Aprendo a comunicarme con Dios,
que el amor y el respecto
que tu demuestres por mi…
Serás el amor y el respeto,
que tendré, cuando sea adulto.
Que yo también tengo intereses personales…
Y me gusta tomar parte en las actividades,
familiares.
Te Necesito como mi mejor amigo.
Te Amo Papa
Oye papa
Oye papa, oye papa
Déjame amar
Te prometo, no voy a fallar
No voy a fallar
No tengas miedo
En sus brazos tengo tranquilidad
Soy libre y puedo soñar
No te preocupes déjame volar
Déjame volar
El Mundo es mío
Cuando junto a el puedo estar
No tengas miedo
En sus brazos tengo tranquilidad
Oye papa, oye papa
Solo mi amor le voy entregar
Yo te prometo no voy a fallar
De mi pasos el va a cuidar
El me ha colocado en un pedestal
En sus brazos tengo tranquilidad
Te prometo, no voy a fallar
No voy a fallar, No voy a fallar.
No tengas miedo déjame volar
Déjame volar.
Excelente como nadie
Ni un sólo momento he dejado de amarte,
eres el ángel que llevo oculto en las mejillas.
En cada faceta de mi vida,
eres tú mi Astro consentido.
¡Tú has sido un excelente ejemplo!
Quien me enseña y me guía,
y cada día quisiera, que aumente tu sabiduría.
Aún cuando el mundo está completamente dormido,
yo pienso en ti…
Sé que nadie, jamás, podrá ocupar el lugar
que tú ocupas en mi corazón.
No te imaginas
cómo deseo tener el control del mundo
en las manos, para hacerte realmente feliz.
No hay presente ni poniente, que no piense en ti.
¡Tú eres excelente!
Me alegra tanto saber,
que siempre puedo contar contigo
y que tú puedes superar cada momento,
de dificultad en la vida.
¡Que eres esperanza!
¡Que eres alegría!
Que eres la persona
¡A quien debo la vida mía!
¡Que eres mi padre!
¡Y como tú no hay ninguno!
Cuánto me faltas, padre
Cuánto me faltas, padre.
Si a mi lado estuvieras,
estrecharías mis manos,
y me llenarías de valor.
Ayer te vi y hoy estás tan lejos.
El día de mi partida, sentí que un puñal
me clavaba el alma, al ver tantas miradas rotas:
Mi madre, mis hermanos, los vecinos;
el aire que parecía un cruel suspiro,
bajo mis pasos demolidos.
Cuánto me faltas, padre.
Tu sonrisa, tus latidos.
La invitación al culto del domingo.
Tus palabras que me dicen,
que Dios todo lo puede.
Perdóname padre mío,
yo no sé sin ti vivir,
emprender nuevos caminos,
sin vosotros, no tiene ningún sentido:
ya no jugamos la partida de cartas en el patio de la casa,
y me falta tanto tu rostro, que sonriente me dice:
¡Data prisa mata de risa!
El ayer es el olvido.
El quizás es el regreso.
Pero yo no olvidaré mis rostros campesinos.
Es por eso que hoy lloro, recuerdo, espero y escribo.
Gracias por ser mi padre
A Dios, le doy gracias, porque eres mi padre,
por tus regaños y consejos,
por el amor que me brindaste,
y porque de mi, siempre cuidaste.
Gracias papa, por tu bondad,
que me llana de felicidad,
gracias por tu rectitud,
y por tu amor a la verdad.
Tú me enseñaste a soñar,
tú me enseñaste a luchar,
y que por mas grandes que sean las pruebas,
¡Nunca debo renunciar!
Gracias por estar a mi lado,
cuando te he necesitado,
gracias por tus valores,
que por ellos he progresado.
Gracias por tus palabras de alientos,
por tus silencios elocuentes,
por que en los momentos triste,
tú me has calmado dulcemente.
Gracias te doy papa,
por tu expresión tan serena,
por tu paciencia y tus tensiones,
por tu amor, que me lleno de ilusión.
Mi Padre ha muerto
Mi padre ha muerto,
y un último adiós,
el destino ingrato, no quiso que le diera;
Ni que me lo dieras tú, ¡querido padre mío!
En mi alma siento un inmenso vació
Y mi pobre corazón desgarrado en mil pedazos,
de pena quiere estallar. ¡Y el llanto!…
El llanto mi vida entera quiere ahogar.
¡Déjenme llorar! ¡Déjenme llorar!
Que el dolor mi alma quiere arrancar
¡Déjenme llorar! Que el grito infinito,
mi alma desierta, quizás pueda transportar…
A través de la tumba, ¡a ese hermoso lugar!
Donde mi padre querido debe descansar.
¡Ese hermoso lugar, que llamamos eternidad!
Querido padre mío,
Este es un poema de adiós,
Si… ¡Un adiós!
El que el destino ingrato, No quiso que te dieras
Ni que me lo dieras tu ¡Querido Padre mío!
Un brevísimo instante,
nos hubieses bastados para decirnos adiós,
pero sobre todo decirte ¡Cuánto te Amo!
¡Padre mío!... ¡Padre mío!...
¡Escúchame te ruego!
Perdona mi alma triste…
Por que parar de llorar no puedo.
Sombra divina de mi padre muerto
¡Heme aquí, Heme aquí!
De rodillas, gimiendo como el viento;
Mis mejillas empapadas en llanto,
Y un agujero en mi corazón abierto.
Huérfana de dolor,
al cielo debería pedirle,
el alivio mezquino del consuelo;
Pero, consuelo… Consuelo no quiero…
Solo quiero en este preciso momento,
Devolverte la vida con mi amor infinito
Y con mi llanto, esconderte en la tumba de mi
alma entristecida; hasta que la muerte se valla
y por ti no regreses… ¡Querido Padre mío!
Breve adiós
Yo llevo tantos sueños enterrados,
que mi alma es una tumba:
¿Por qué lloró, por qué sufro?
Al enterrar uno más en mis entrañas.
¡Oh!, ¿por qué perder las esperanzas,
de un día volver a verte?
¿Por qué perder las esperanzas?
Si me duele tanto perderte.
Esto es un hasta luego,
no es más que un breve adiós;
espero volver a verte,
y estaremos juntos los dos.
Con el alma destrozada,
pido para ti en esta noche
un círculo lleno de amor,
sin dolor y sin reproche.
Adiós te digo de lejos,
Porque en la distancia me encuentro,
de angustia estoy muriendo
y sólo puedo pedir por ti.
Tu serás el bien de mi vida,
tú estarás siempre en mi alma;
tú serás el ruiseñor,
que me cantará cada mañana
Cuanto te ame papá
¡Cuanto te ame papá!
¡Cuanto lo ame papá!
Pero la muerte, ¡esa rival insensata!
Fue más fuerte que mi amor por ti,
fue más fuerte que mi amor por el.
Ella vino como una tormenta,
¡Se lo llevo a el!
Y tres meses más tarde…
regreso como un viento fresco,
¡Y te llevo a ti!
Hoy he comprado rosas
Blanca para el, ¡señal de paz!
Roja para ti, ¡señal de amor!
Si papá… ¡Amor es lo que por ti siento!
¡Y perdóname padre mío!...
Pero decir descansa en paz,
Aun no puedo, aun no puedo…
¡Querido padre mío!
NO… ¡NO puedo papá…!
¡Porque decir adiós tampoco pude!
Decir descansa en paz,
Es aceptar que ya no esta
Y aceptar que ya no estas
Es resinarme a no verte jamás
Y resignación… ¡Resignación no quiero papá!
Tú sabes cuanto sufrí por su partida papá
Tú sabes… ¡cuanto sufrí!
Y ahora con la tuya….
Se me va la vida papá, se me va la vida.
Yo podré escribir mil versos
Y se que esto no les devolverá la vida,
ni a ti, ni a el. Pero vuestra partida duele papá.
Duele papito mío… Duele mi Quaco.
Yo no se como haré para llenar el vacío,
que en mi os habéis dejado…Yo no se como
Solo te pido querido padre mío,
Que perdone mi alma triste,
Perdona mi alma triste
¡Querido padre mío!
Mari-Leonor Bonilla T