martes, 1 de julio de 2008

¿Falta de tiempo o egoísmo?

El ser humano no es perfecto, el simple hecho de ser humano, nos hace imperfecto. Y como seres imperfectos, estamos llenos de egoísmo y nuestro egoísmo como seres humano, ¡es tan grande! que somos incapaces de mirar hacia una dirección diferente que la que escogimos inicialmente y andamos ¡tan ocupados! Que no nos alcanza el tiempo y no somos capaces de darnos cuentas, que esa persona que siempre ha estado ahí directa o indirectamente para sostenernos, no puedes continuar escuchando nuestras quejas, si no que esta vez, ella necesita ser escuchada. Si, esa persona que hemos creído infalible, es tan humano como nosotros mismo y como los caminos de la vida son tan inseguros, ella como nosotros un día, ha podido tropezar y caer. ¡OH! ¡Abramos los ojos! Dejemos de ser tan egoísta y de pensar solo en nosotros. Saquemos un instante de nuestro tiempo tan atareado, para mirar a nuestro alrededor y podremos darnos cuenta, que la torrente del cause por la que ella callo, son tan fuerte que han terminado arrastrándola y que la caída ha sido tan dolorosa que ella es incapaz de levantarse con su propio esfuerzo. En consecuencia, esa persona necesita de nosotros, necesita saber que estamos ahí, que no esta sola, que hay una mano amiga extendida que le ayudara a ponerse de pie, para que finalmente pueda seguir su camino. La interrogativa nace cuando nos decimos, si esta persona necesita tanto de nosotros ¿Por qué no pedir directamente nuestra ayuda? Pero… Es muy posible que esa persona lleve tiempo pidiendo auxilio; pero tú has estado ¡tan ocupado! que no has podido escuchar su gemir y como solo mira en la dirección que escogiste inicialmente, tampoco has podido ver una sola de las señales, que a lo largo del camino ella te ha estado enviando. De otra parte es posible, que esa persona se encuentra tan desvalida, que no es simplemente capaz de abrir la boca para pedir auxilio. Sin embargo, tu que durante tanto o poco tiempo a formado parte de su circulo habitual, debe ser capaz de darte cuenta que esa persona necesita de ti, que sola no podrá levantarse. Saca un minuto de tu tiempo ¡Regale una sonrisa, una mirada, escúchala solo un instante, deja au lado las reprensiones sociales, acuérdate que bueno es encontrar un hombre donde posar su mejillas cuando la carga se hace pesada! Si… ¡extiende tu mano y seca esa lagrima que brota de sus ojos y corre lentamente por sus mejillas! Si… solo un minuto de tu tiempo tan agitado, puede ayudarla a ponerse de pie y seguir su camino. Autor: Leonor Bonilla T.